Montar un negocio exitoso no es cuestión de magia ni de fórmulas instantáneas. Asà como el vino necesita tiempo, cuidado y paciencia para alcanzar su mejor versión, un emprendimiento también requiere un proceso de maduración. Vivimos en una época acelerada donde todo parece urgir: las redes sociales, los lanzamientos rápidos, las métricas inmediatas… Pero los buenos negocios, los que de verdad perduran, se construyen paso a paso, con visión, constancia y estrategia. Imagina un viñedo. El agricultor no planta las uvas hoy para vendimiar mañana. Hay tierra que preparar, semillas…
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