Cuando Sabés Lo Que Hacés Pero Sentís Que No Alcanzás, El Verdadero Rostro Del Síndrome Del Impostor

Hay momentos en los que, a pesar de tener la preparación, la experiencia y los resultados, una voz interna insiste en decirte que no es suficiente. Que fue suerte. Que en cualquier momento alguien va a “descubrir” que no estás a la altura. Y lo más curioso es que esto le pasa, sobre todo, a personas que realmente están listas. Así se manifiesta el famoso síndrome del impostor… justo cuando más merecés sentirte seguro.

Es como correr una maratón, llegar a la meta… y pensar que fue casualidad. Que no entrenaste tanto. Que seguro los demás no se esforzaron. Pero lo hiciste, llegaste, y aun así no te lo creés. Eso es lo que viven miles de emprendedores, profesionales y creadores que, a pesar de estar preparados, se sienten “fraudes”.

Y esto es más común de lo que imaginás. De hecho, cuanto más alto llegás o más responsabilidad tenés, más probable es que el síndrome aparezca. Porque el nivel de exigencia sube, los estándares internos se vuelven más duros, y cualquier error o duda parece ser prueba de que no sos tan “bueno” como pensabas.

Ahora bien, ¿por qué nos pasa esto? Porque muchas veces hemos aprendido a vincular el valor con la perfección. Si no lo sé todo, si no lo domino por completo, entonces no soy suficiente. Pero eso es una trampa. Nadie lo sabe todo. Nadie está completamente listo. La diferencia está en aprender a actuar a pesar de la duda, y no esperar a que desaparezca para moverse.

En el mundo de los negocios, este síndrome puede ser especialmente limitante. Tal vez tenés un gran servicio o producto, pero no te animás a promocionarlo con firmeza porque sentís que no estás “al nivel”. O quizás llevás años en tu rubro, pero aún te cuesta cobrar lo que realmente vale tu trabajo. Y ahí es donde la mentalidad lo cambia todo.

Una clave práctica es llevar un “registro de evidencia”. No es broma. Anotá tus logros, testimonios, avances, habilidades, metas cumplidas. Cada vez que la duda aparezca, repasá ese registro. Es una forma concreta de recordarte que no estás improvisando: estás avanzando con base.

También ayuda rodearte de personas que entiendan este proceso. No para que te aplaudan todo el tiempo, sino para que te devuelvan perspectiva cuando te exijas de más. A veces, lo que necesitás no es que te digan que sos brillante, sino que te recuerden que es normal tener miedo… y que eso no invalida todo lo que sabés hacer.

Si tenés un negocio digital (o estás pensando en iniciar uno), es importante hablar de esto porque el síndrome del impostor puede frenarte antes de empezar. Puede hacerte creer que no sos lo suficientemente experto para enseñar, vender o liderar un proyecto online. Pero en Haz Negocios, sabemos que muchos de los mejores emprendedores no nacen confiados, sino comprometidos. Comprometidos con aprender, compartir, crecer… incluso cuando la inseguridad aparece.

Y si todavía no tenés productos digitales o querés comenzar hoy mismo tu propio negocio en este mundo, podés aprovechar todo el contenido gratuito y los productos premium que en HazNegocios.com hemos preparado para vos. Muchos tienen derechos de reventa incluidos y otros son para uso personal. Todos pensados para ayudarte a construir, formar y lanzar tu negocio con confianza y respaldo real.

Superar el síndrome del impostor no es cuestión de eliminarlo por completo. Es cuestión de reconocerlo, observarlo, y avanzar de todos modos. Porque cuando actuás desde la preparación —aunque haya dudas—, estás ganando. Estás honrando tu proceso, tu esfuerzo, y todo lo que ya has construido.

Así que la próxima vez que esa voz interna te diga “¿quién sos vos para hacer esto?”, respondé con calma: “alguien que está preparado, que sigue aprendiendo, y que tiene todo el derecho de intentarlo”.

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